De Brady, TX a Houston, TX. 479 millas (771 Km).
Fin del viaje.
Total recorrido: 8.870 millas (¡ 14.275 Km !)
Tras la mejor ducha caliente, a las 8:30 calculábamos el nuevo y último trayecto.
Ya hemos dejado el Panhandle y estamos cruzando el corazón de Texas, Hill Country Region. Éstas son vistas de la llanura de San Saba, camino del pueblo llamado Llano (nombre muy adecuado).
El pueblecito de Llano tiene este (ya habitual) puente de hierro sobre el río Llano, con su Niágara particular.
En Llano nos desviamos hacia la local 16, porque en el mapa aparecía un área natural llamada “Enchanted Rock” y, ¿quién se puede resistir ante semejante nombre?
Quien cruzaba la local 16 era una señorita ajena a todo esto que nos obligó a dar un volantazo para esquivarla y a hacer señales al tráiler que venía detrás para que la esquivara también. Pero ella, cuando vio lo que se le venía encima, optó por esconderse en su caparazón en lugar de seguir andando…
¡Al rescate tortugueril! Aparcamos en el arcén, la recogimos –llevaba un susto de muerte- y la dejamos entre la maleza, enfocada a los pastizales. En eso llegó una patrulla de la poli, a ver qué pasaba. Un simpaticote agente que se pasó al español en cuanto nos oyó el deje y nos animó a visitar Enchanted Rocks y Pedernales.
Henos en camino, pues.
Enchanted Rock State Natural Area es un monumental conjunto de domos de granito rosa que se pueden subir en menos de una hora.
Enchanted Rock State Natural Area es un monumental conjunto de domos de granito rosa que se pueden subir en menos de una hora.
Según subimos, se ven el Turkey Peak,
y detalles del domo principal, Enchanted Rock.
Hay numerosas sendas en este parque natural, aparte de la que tomamos, pero nos queremos reservar para Pedernales. A la 1:30 de la tarde dejábamos el parque hacia la carretera local 965
para cruzar Fredericksburg.
Llegamos a Pedernales a las 3:40 de la tarde.
Pedernales Falls State Park es un parque grande –aunque todo nos parece pequeño tras el “trauma” de Palo Duro-, con más de 40 Km de sendas para bici y caminatas. También tiene dos campings excelentemente acondicionados. La senda estrella es la que lleva a las cataratas del río Pedernales, un afluente del Colorado.
Río que es todo menos amigable, como avisan constantemente unos contundentes carteles:
“En caso de crecida-no entre en pánico-deje todo-salga pitando-vaya a zonas altas-¡y siga vivo!”
El Cypress pool.
Más detalles.
El parque tiene otra cascada, la Twin Falls, cerrada al público para permitir la regeneración forestal y el anidamiento de aves. Eso está muy bien. Volveremos en invierno. Nos dedicamos a observar el paisaje de alrededor.
Apuramos hacia la interestatal 10, y a las 7:30 Cruzamos San Antonio. En su periférico, hay una bifurcación donde tenemos que tomar una decisión drástica:
¿Qué harían ustedes? ¿Irían a la izquierda o a la derecha? Sí, sí, Kurotora también se iría a El Paso, con gusto. Y de ahí, a Albuquerque, cruzar Nuevo México, llegar a Arizona… Pero tenemos que ir a trabajar, el Convocation Day del distrito escolar es dentro de tres días, ¡no hay excusa!
La última puesta de sol de este viaje nos empuja a desviarnos de la I-10 y admirarla en el caracol de Sealy, a 40 Kilómetros de Houston.
Abrimos la puerta de casa, sanos y salvos. Son las 9:30 de la noche del lunes 13 de agosto de 2007, tras 14.275 Kilómetros en 25 días de inesperada e improvisada aventura. Gracias a todos, amigos, por haber estado a nuestro lado todo este tiempo. Alhamdulillah.
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