Saturday, September 15, 2007

Inesperado viaje a Ciudad Juarez,Chihuahua.


A los dos días de regresar del viaje New Paltz, NY-Michigan-Grandes Lagos, nos llamaron del bufete que gestionaba nuestro cambio de visado: éste había sido concedido, así que no sería mala idea pasarse a recoger los papeles previo pago del resto de los 1.500 boniatos acordados por la gestión.


Pasamos, soltamos la lana y recibimos la gran noticia: ya nos podíamos considerar en pleno estatus de visado H1B, pero la pegatina en el pasaporte que funciona a efectos de visado había que conseguirla en un consulado estadounidense fuera de los EE.UU. Como todo emigrante. Había que regresar a casa…


Esto es, ¿un viaje a Madrid ahora, con el curso escolar empezado? Era demasiado pedir al colegio. Demasiados días libres, demasiados días los críos con profesor sustituto. O sea, un lío general a la vuelta. Seguras malas caras y problemas para el próximo contrato, el año que viene. Por eso, empezamos a calcular la posibilidad de otros consulados más cercanos, en terceros países.


Consulado estadounidense en Ottawa: que sí, pero 14 días de espera antes de devolvernos el pasaporte. O sea, 14 días en Canadá con los brazos cruzados. No.


Ídem, consulado en México DF: diez días como poco, y diga gracias porque no es mexicana. Si lo fuera, de dos meses para arriba, durmiendo en la acera. No.


Ídem, Matamoros, (Tamaulipas, Mex): cinco días. Esto es más razonable. Vale. Pedimos cita, y nos la dan para el 13 de septiembre.


Pasan los días, clase-clase-clase, termina agosto, clase-clase-clase, empieza septiembre, seguimos dando clase con normalidad, y en casa por la noche, seguimos rastreando consulados en internet.


Aparece el consulado de Ciudad Juárez (Chihuahua, Mex): 2 días, 48 horas para no mexicanos.
No lo pensamos más.
Solicitamos cambio de día y consulado.
Nos re-citan para el lunes 17 de septiembre, a las 8 de la mañana.


Explicamos los motivos y pedimos tres días libres al Principal. Nos los concede en 5 segundos y nos desea buena suerte.
Mr. Foust es un tipo extraordinario.
Toda la mañana del sábado 15 la empleamos en el cole, fotocopiando ejercicios y dejando faena para cinco días, todo organizado para Shamaila, nuestra sustituta pakistaní, en previsión de tener que estar fuera más tiempo del previsto.



Sábado 15 por la tarde, carga de la intendencia en el Toyotín. Ropa, artículos de aseo, comida, tienda de campaña, saco de dormir, colchón hinchable, agua, gasolina. ¿Quién dijo que era un coche pequeño?

El sol se pone en la interestatal 10, apenas saliendo de Houston, a la altura del cruce de la local 99 a Sugar Land. Vamos hacia el Oeste, hacia San Antonio, que cruzaríamos a las 11 de la noche. Una hora y media más tarde, creemos que ya es suficiente y paramos en un camping en Ozona, TX. Hemos hecho 405 millas (652 Km.), justo la mitad del recorrido. Estamos hechos un crack.


Domingo 16, a las 7:30 de la mañana, ya estamos repostando en la interestatal 10. Y seguimos carretera hacia el Oeste, hacia El Paso, TX.



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