Brincando por el Cerro de la Silla (II)

Monterrey, NL; 7:24 de la mañana del domingo 16 de marzo de 2008. Con los pertrechos a la espalda y el coche aparcado en la calle final del Bosque de la Pastora, ya frente al cerro, le echamos la última ojeada al mapa y empezamos la subida.

El Cerro de la Silla es una cordillera de cuatro picos que domina todo el sureste de la ciudad de Monterrey. Pertenece al sistema de la Sierra Madre Oriental y recibe su nombre (silla de montar, saddle) de la característica forma arqueada entre los picos Norte y Sur. Aquí tienen un esquema casero made in Kurotora in Zacatecas.

El pico más alto es el Norte, el pomo reatero de la silla. Está a 1.820 m sobre la ciudad de Monterrey, pero, teniendo en cuenta que Monterrey está a 570 m sobre el nivel del mar, hablamos de un 2.300.

Sin embargo, no vamos a marcarnos faroles: nos enfrentamos a un 1.800, categoría 3. Queremos subir el pico Norte, o, en su defecto, el pico de la Antena, otro 1.800, éste de categoría 2.

Previamente desde Houston, habíamos contactado con otros montañeros de la zona, aparte de recorrer los websites y blogs de los lugareños.

Contradicciones a porrillo; pero todos buena gente con muy buena voluntad y enamorados de su tierra.

La subida al pico Norte está por aquí... No inventes, güey; está por allá... tiene que ir por acullá..., y luego todo derechiiito pallá... Noooo; eso era antes de la reforma de la avenida Eloy Cavazos... Que no, cuate; así vas a liar a la española; mejor que vaya por la avenida de las Américas...

Nada, que no nos aclaramos con los regiomontanos. Al final, varios coinciden: sube el pico de la Antena; a tropecientos metros encontrarás la bifurcación al pico Norte, señalada en una piedra amarilla... Buf. Bueno.

Como decíamos, a las 7:24 de la mañana empezábamos la subida al pico de la Antena. Una senda atacable, dicen, con algunos 4x4; no todos. Ni idea de su longitud.


¿Atacable en todoterreno? Según se mire. Nada más empezar, ya nos enfrentamos a una inclinación del 40 %.



Tras 900 metros de senda en vertical, esta capilla kitsch es refugio de forofos del equipo de balompié local. Esto es fe, esto es veneración, y lo demás son tonterías...



Algún alma caritativa pintó en amarillo chillón las distancias recorridas del sendero, en tramos de 500, 100 ó incluso 50 metros. Ésta en concreto, avisa a los 1.500 m. de que faltan otros 1.500 más para "la placa" (¿¿??).

¿Y qué es eso de la placa? Los restos abandonados del malogrado teleférico al cerro de la Silla, que se vino abajo en 1955, en pleno viaje inaugural. Se lamentaron tantas muertes, que no han quedado ganas de repetir el proyecto.

Sobre las 10 de la mañana llegamos a la mencionada placa, tras 3,000 metros recorridos de senda, entre 30% y 40% de inclinación y piedra caliza poco fiable.








La ciudad de Monterrey vista desde la placa, a las 10:30 am...



Mucha calina y un hongo de smog...
El impresionante cañón de la Huasteca...



No faltaron graffitis a lo largo de los primeros tres kilómetros, dando ánimos o dejando constancia de la machada... Además, basura por doquier. En ambos casos, ausencia total de conciencia cívica. Amamos México, y nos duele escribirlo, pero es así.







Atacamos senda hacia el cuarto kilómetro. Volvemos a un 40 % de inclinación. Nos cruzamos con menos gente.

Ahí están el pico de la Antena y el pico Norte. Mientras tanto, ni rastro de bifurcación, señalamiento al pico Norte, piedra amarilla o pepinillos en vinagre. Nada.


Entre piedra caliza, asoman maravillas:



espesuras de musgo, roble americano, acacias, helechos, multitud de crasas desconocidas...





Figuras caprichosas, como esta cabeza de león, ¿no?



La inclinación de la senda sube y baja arbitrariamente, haciendo la subida más o menos llevadera.



Afortunadamente, en los 4.000 metros se relajó un poco; ascender medio kilómetro al 10% se agradeció mucho.


El cansancio ya se hace notar bajo un regiomontano sol de justicia; ascendemos a paso gusanito: esta oruguita iba más rápida, de verdad. Sólo nos cruzamos con una pareja mexicano-italiana: ándele güera... piano, piano... andiamo, ya le falta poco... -¿Sí? ¿para morir?

Nos reímos y paramos a platicar un rato. Estaban secos, así que compartimos la reserva de agua con ellos. No fueron los únicos.

La Huasteca y Monterrey tras 4.300 metros de senda...



Monterrey y su calima a los 4.550 metros de senda; una imagen bastante a la japonesa:

Los últimos 500 metros de senda se empinaron en un dramático 45 %, que obligó a usar, al fin, las manos.

Llegamos a la cumbre del pico de la Antena. Es la 1:10 pm. "Mira, la española". Allí almorzaba una familia entera que nos adelantó en la senda hace cien años.

La española corona su primer mil ochocientos en Nuevo León, a sus 39 añitos.

Los otros tres picos del sistema del Cerro de la Silla, vistos desde la cumbre del Pico de la Antena:













La Sierra Madre Oriental, hacia el sur (abajo):






La Huasteca (derecha) y la cresta hacia el Pico Norte (abajo):

Vista en círculo de Monterrey desde la cumbre, a 1.800 metros de altura y tras 5.000 metros de senda en vertical (se rebolicaron las fotos al publicarlas, cachis...). Al fondo, el Topo Chico y el Cerro de las Mitras.

La Antena es un repetidor de Televisa, que le ha dado nombre popular al pico.

Su perímetro vallado apenas deja espacio para maniobrar; por primera vez tenemos que hacer uso del lazo.

Decidimos descender tras media hora en la cumbre. En ningún momento vimos bifurcación alguna o señal hacia el pico Norte.







Otra vista de Monterrey de nuevo, tras descender el primer kilómetro...



Contraste de colores en el descenso.











Crasas como enredaderas...


Se va poniendo el sol a 900 metros del final de la senda... Pero la calina sigue ahí.








Precioso cielo regiomontano.

La aventura ha durado 9 horas. Llegamos al coche a las 4:21 de la tarde, tras 10 Km. totales de senda vertical.

Ni una rozadura, ni una ampolla. Alhamdulillah.

El agua (galón y medio; unos seis litros), no sobró; pero tampoco faltó, y también se compartió. Subhanallah.


Al volante, de nuevo. Dirección: Saltillo, Coahuila. Pasamos por el Puente Atirantado...

El Cerro de las Mitras, imponente...













Dejamos el cañón de la Huasteca a nuestra izquierda...



Precioso atardecer en la autovía 40 hacia Saltillo...


Cruzando Saltillo, nos desviamos a la nacional 54 hacia Zacatecas, a las 7:30 de la tarde. La Sierra de Arteaga, al fondo.


Sólo quedarían algo más de cuatro horas al volante. En efecto, a medianoche llegábamos a casa de Víctor y Flor, con la consecuente sorpresa mayúscula... Y aquí seguimos, disfrutando de nuestros generosos anfitriones hasta el próximo sábado 22.

Sin embargo, hoy que estamos escribiendo esta crónica, es 19 de marzo, y la tierra chica tira un montón. Desde México no se siente tanto la lejanía, así que...

¡Feliç Cremà de falles i Nit del Foc, València!