Escrutando el mapa del valle del Hudson descubrimos una pequeña cita: “Site of 1969 Woodstock festival”. Anda la osa, Kurotora creía que esa emblemática convocatoria hippie se armó en California, como el festival de Monterey. Pues no; el cacao se lió en el ombligo del mundo: New Paltz.
Hey, exactamente New Paltz, no. El lugar en cuestión está entre las aldeas de Bethel y White Lake, en el condado de Sullivan, a unas 40 millas al Oeste de nuestro pueblecito. Y como aparecen lagos y parques naturales alrededor, pues allá que fuimos, movidos por la curiosidad de ver qué quedaba del icono del flower power movement 40 años después.
Para llegar allí, tomamos la 44, con una curva muy cerrada, que hay que pasar a 5 millas por hora.
Bob Dylan se pegó un castañazo aquí con su moto, dicen los nativos de New Paltz. La curva es conocida como “la curva de Bob Dylan” –en todo caso, en alusión al presunto zamarrazo. Consultada la Wikipedia en castellano, ésta niega categóricamente que Bob Dylan se accidentara en New Paltz, sino “en un lugar cercano al festival de Woodstock”. Leñe, pues sólo hay 35 millas de un lugar al otro…
La carretera local 52 cruza las Shawangunk Mountains hacia Monticello –con estas vistas.
Y de ahí la local 17B nos llevó a Bethel. Queda lo que puede quedar, a la gringa: el consabido cartel a la entrada: Bienvenidos a Bethel, sitio del festival de Woodstock en 1969, algún detalle en las calles y tiendas de regalos de memorabilia.
Pero en el mundo de la música pija –el de la música de papás con pasta, no la de muertos de hambre en plantas bajas- Bethel es algo muy diferente y nada hippie...
Buscando la explanada donde se vivieron aquellos mágicos tres días, nos dimos de bruces con esto:
Es el Bethel Woods Center for the Arts, un conservatorio/museo/auditorio privado que conserva toda la explanada del festival para realizar los suyos. Y en efecto, lo hace; un día después de abandonar la SUNY, actuaría el Dave Brubeck Quartet (sigh!) Para los curiosos, su website es: http://www.bethelwoodslive.org/
Gurúes del marketing, de la mercadotecnia, pasaron por aquí. Vámonos a otro sitio menos pisoteado. 
Hacia White Lake, por este camino forestal, encontramos estos paisajes y esta familia:
Luego nos acercamos a ver el lago blanco y su aldea,White Lake, una bella atracción turística estatal:
Oscurece a la vuelta, cruzamos el río Wallkill en Gardiner, por este puente. 
El río Wallkill, constantemente a nuestra izquierda hacia New Paltz, es un espejo para la puesta de sol.
El valle del Hudson y Poughkeepsie
El valle del río Hudson discurre tortuosamente entre las montañas Shawangunk; el río Wallkill es uno de sus numerosos tributarios. Teníamos ganas de ver el Hudson por un lugar que no fuera New York City. En una de nuestras excursiones por la zona, nos medio perdimos por la cordillera de Marlboro, y en un recoveco, lo vimos:
La población de la orilla de enfrente es Poughkeepsie (¡léase {pokipsi}!). Los edificios grandotes pertenecen a un afamado campus de los Maristas.
Se ven dos puentes. El grandote (llamado Mid-Hudson Bridge) nos llamaba la atención, y lo cruzamos para verlo mejor, pero ya era tarde. Por cierto, es toll, o sea, de cuota. $1 cada vez que lo cruzas.
Esta es la vista desde la orilla de Poughkeepsie.
El otro puente
(Poughkeepsie Bridge)
es ferroviario.
Volvimos a Poughkeepsie el viernes 3 de agosto, para la revisión del Toyotín, que ya cumplía sus 30.000 millas. Cruzamos el Mid-Hudson Bridge...
Tras la revisión, salieron todos los mecánicos a saludar. “Please have a safe trip to Texas!” ¡Majísima la gente de Wappingers Falls-Toyota!
Regresamos a la orilla del Hudson. Poughkeepsie es una ciudad industrial, con el paisaje al efecto… que también tiene su encanto.
En los alrededores de Poughkeepsie se encuentra Hyde Park, que preserva la casa del presidente Roosevelt.
Este cottage fue la casa de Eleanor Roosevelt durante la última etapa de su vida:
Volvemos a New Paltz, mañana regresamos a casa, pero hemos pensado hacer un pequeño 
rodeo…
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