Thursday, August 2, 2007

Fin de semana en Niagara Falls, NY (28-29 julio 2007)

Sábado 28 y domingo 29 de julio de 2007. New Paltz, NY – Niágara Falls, NY –New Paltz, NY. 760 millas (1.223 Km).

Éste fue el único fin de semana ecuador del curso intensivo en la SUNY de New Paltz. Y claro, no nos íbamos a quedar en el colegio mayor del campus con la pata kebrada… ¿Dónde ir? Tenía que ser un sitio no excesivamente lejos, para estar el domingo por la tarde de vuelta. Así que, dónde si no… ¡Volvamos a Niágara, y veamos los alrededores con más detenimiento!
El viernes 27, tras acabar las clases, hicimos un pequeño acopio de intendencia, y a las 5:00 ya entrábamos en la interestatal 87 hacia Albany, para llegar lo antes posible.


La interestatal 87 corre paralela al rio Hudson, el mismo que llega a Nueva York y desemboca por Manhattan. A las 7:30 de la tarde empezó, en medio de una fuerte lluvia, esta puesta de sol.
Entramos en la ciudad de Niagara Falls a las 11:30 de la noche. Los rápidos estaban iluminados. Grandes focos de luces de colores apuntaban hacia las cascadas. ¡Qué bonito! ¡Esto promete! Tras lograr aparcar gratis –a partir de medianoche hasta las ocho de la mañana-, al acercarnos al Prospect Point, el mirador de la Catarata Americana, todo estaba negro como el Toyotín.





Señores, para su información: la iluminación nocturna de las cataratas se apaga a las 0:00 am. Medianoche es hora para que las personas decentes duerman, no para ir a ver cataratas.


Caminamos por el parque junto a los rápidos. Oscuridad total. Nadie.
Íbamos a cruzar el Pedestrian Bridge hacia la Goat Island, porque la oscuridad y el rumor del agua juntos son agradables, se respira paz. Llegando al puente, unas sombras. Y una vocecilla interior le dijo a Kurotora: “lárgate”. Así que dimos media vuelta, y tras dar un paseo por los miradores vacíos, nos fuimos al camping.

Fourmile Creek State Park está a unas 20 millas más al Norte, en la misma orilla del lago Ontario. Todo el mundo dormía; una patrulla de la policía del Estado de Nueva York nos dio la bienvenida y al ser preguntado el ranger, se encogió de hombros y nos dijo que no allí no había late arrival lot, que aparcáramos en la parcela que nos gustara, había sitio de sobra.

Acampamos dos parcelas más allá del policía, no era cuestión de ir molestando a los demás con el ruido del motor del coche y las luces.














Por la mañana temprano, nos dimos un buen desayuno de lago Ontario.















... orilla con pan de pato... esto es un lago, a fin de cuentas.
El río Niágara desemboca en el lago Ontario a muy escasas millas del camping. Justo en la desembocadura, un estratégico lugar que controla el acceso interior a las colonias americanas por parte de los que llegaran vía rio San Lorenzo, se alza Old Fort Niágara.
Old Fort Niágara es una fortaleza que se construyó hace 320 años para proteger los intereses franceses en Norteamérica. Pasó por manos americanas (colonas), británicas y americanas (independientes) una y otra vez. Hoy está catalogada como Monumento Histórico Nacional, está muy bien conservada, tiene un interesante museo y un parque forestal.
Éste es el punto exacto donde el río Niágara se convierte en lago Ontario.

La orilla de enfrente es la ciudad canadiense de Old Town.

A los estadounidenses les gustan mucho las recreaciones históricas. En efecto, por la fortaleza pululaba la plantilla vestida con trajes de época, explicando detalles a los turistas.




El abuelo le enseña a Kurotora cómo se convertían las pieles en fieltro.



Distintas habitaciones en el interior de la fortaleza.
¿Cuatro prismáticos en un mirador para ver el agua del lago Ontario? No exactamente… en esa misma dirección, a unos 60 Kms, se encuentra la ciudad de Toronto, Canadá.




Panel con detalles de Old Fort Niágara:


A las 11:30 de la mañana enfilábamos la carretera local 18F para regresar a Niágara Falls, carretera muy hermosa, pegadita al río Niagara y desde la que se ve la orilla canadiense.

Dos enormes plantas hidroeléctricas canadienses, Sir Adam Beck Generating, I y II. El puente es el Lewinston-Kingston.

Un gran meandro del río Niagara en la orilla canadiense ha permitido construir esta atracción, un teleférico llamado “Spanish Aerocar”:

En la orilla americana está el Whirlpool State Park:

Esas rocas pertenecen al lecho del río. Están a la vista porque el rio Niágara corre bajísimo de caudal, dado que gran parte de su agua se aprovecha para generar electricidad en las inmensas plantas hidroeléctricas que hay a ambas orillas.


Luego viene la planta hidroeléctrica Robert Moses. Es grandísima. Tiene un interesantísimo museo de la electricidad, con una inmensa maqueta de todo el área, desde el lago Erie hasta el Ontario, donde se puede, al fin, comprender por qué las cataratas del Niágara vuelcan menos del 50% del agua que deberían si estuvieran en estado…”salvaje”.











Toda una obra del ingenio humano.

Antes de caer por las cataratas, la planta recoge el agua del Tonawanda Channel por unos inmensos conductos y la almacena en dos monstruosas presas –que no pudimos fotografiar ni menos parar el coche. Por la noche, el agua se utiliza para generar electricidad, y la planta la vuelca al río Niágara.

Con esto se logran dos cosas: 1) generar suficiente electricidad para abastecer a los Estados de Nueva York, Pennsylvania y Maryland; y 2) evitar una mayor erosión de las cataratas, al ser menos agua la que cae por ellas. En otras palabras: que el chollo turístico dure más. De todas maneras, la catarata Herradura pierde un metro de borde al año…

Hubo profundos estudios geológicos al respecto en 1969, cuando el ejército colocó un dique en el Tonawanda Channel y vació la catarata Americana durante cinco meses… Incluso se pensó en remover todas las rocas de la base, para que el aspecto del agua al caer fuera más “perfecto”, como pasa en la catarata canadiense de la Herradura. Pero aquella torta costaba un pan (diez millones de dólares de la época), y al final se optó por que la Naturaleza siguiera su curso… Si tienen curiosidad, una bonita página con fotos es:

Bien aparcado –bien pagado- el Toyotín, decidimos apuntarnos al viaje a las cataratas en barco…


¡Allá vamos!





















La cataratita

Velo de la Novia.













Impresionante catarata Americana:






Espectacular catarata Herradura (Horseshoe) canadiense:





Llegando a la Herradura, este video lo grabó Kurotora en medio de una descarga de adrenalina (¡no se ve, pero sí se le oye!). No se pudo grabar mejor; aún no sabemos cómo pudo la Fuji sobrevivir, de tanta agua que le cayó encima…


La canadiense Torre Skylon y sus ascensores sube-y-baja sin parar:









Consejo de oro: quítense las gafas antes… el aguacero es de órdago.


El Rainbow Tower Carillon junto al puente Rainbow (ambos canadienses):

Pasamos el resto de la tarde entre los rápidos... y los jardines de la ciudad de Niágara Falls. Todo está muy animado y concurrido.

Anochece, y una hermosa luna llena aparece sobre el Pedestrian Bridge.

A las 9:00 de la noche se pone en marcha la iluminación. Fotos tomadas desde el Terrapin Point, el mirador de la catarata canadiense.

No son alambradas, sino mosquitos. La foto está tomada a ½ segundos de exposición, sin flash.

Los rápidos americanos, iluminados…

Las cataratas iluminadas desde el Prospect Point, el mirador de la catarata americana. Todas las fotos están tomadas a ½ segundo de exposición, sin flash:



Regresamos al camping a la una de la madrugada.
Es noche de sábado a domingo, la gente apura más la jornada, y el ambientillo de barbacoas y risas se alarga más.
Nos permitimos el lujazo de dormir, con el saco bajo las estrellas y junto a la orilla del lago Ontario.


Seis horas y media más tarde, nos despedimos de él.

Mucha niebla en el camino a Buffalo, NY. Son las 8:15 de la mañana…


Unos folletos en una gasolinera nos invitan a conocer la ciudad de Geneva, junto al lago Séneca. El lago no se llama así en honor al filósofo, sino porque todo este área fue la tierra de la confederación iroquesa, a la que pertenecía la tribu de los Senneca.

Nos desviamos a conocer el pueblito de Geneva y el lago.

Son las 11:20 de la mañana y ya aprieta el calor. Los lugareños se preocupan de sus monumentos.

Esta señorita estaba protegida para lo que iba a caer. Muy considerados, en Geneva.

Bonitos parajes alrededor del lago Séneca.














Pasaban las cuatro de la tarde cuando llegábamos a New Paltz. Fue un fin de semana muy bien aprovechado. Hay que decirlo: Alhamdulillah.

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